La botella verde

Sobre la acera hay una botella, verde oscuro, parece que dentro tiene algo.
La calle esta desierta excepto por un gato que lo observa todo desde lo alto de un muro.
Jean François, clochard emérito de Moulins se agacha y observa la botella, tratando de adivinar que es lo que la habita. Cierra un segundo los ojos e imagina que quizá alguien la lanzase al mar desde el otro extremo del mundo, tal vez alguien que como él, se dedicase en cuerpo y alma a avivar el fuego de los sueños prohibidos. Abre los ojos, durante unos momentos se pregunta si sería mejor no tocarla, dejarla allí en medio, a merced de los gatos, a merced de los niños y de las gentes demasiado educadas, que no repararían en su color verde especialmente oscuro. Esta sellada, sin embargo... esta vacía. Vuelve a cerrar los ojos y se le ocurre que quizás alguien en algún lugar del mundo necesita ayuda, que es urgente abrir esa botella, que él es el elegido para esa misión, en un impulso coloca la mano sobre la botella pero rápidamente la vuelve a a apartar; ¿y si se tratase de un mensaje muy antiguo? quizá quien lo escribió este muerto hace siglos.
Una señora con perrito pasa muy cerca de Jean François, que esta en cuclillas, muy quieto, con los ojos entrecerrados, la mano extendida ligeramente hacía la botella. La señora con perrito ladea la cabeza hacía los lados, resopla y sigue su camino santiguándose, el perrito lanza un ladrido de advertencia al pasar junto al inmóvil Jean François.
Abre los ojos y se acerca aun mas a la botella, la toma entre las manos, la pone a contraluz, efectivamente hay algo.

A las siete de la tarde, atravesando el pueblo, se ve pasar a Jean François abrazado a una botella, como si le fuese la vida en ello.

Comentarios

Entradas populares